Ella te dio su piel para crear partituras y notas con tus manos, que se acostumbró a quererse en la oscuridad para poder ser en la luz y así tener un recuerdo en cada día que le falte la garra y le sobren las horas,
aferrada a esa mirada que siempre la ve libre, hecha de tiempo,llena de derrotas y victorias a medias, siempre contemplando el mundo con amor.
Con delicadeza cierra los ojos para volver a ser invierno y te recuerda atada a las sombras de la ciudad, siempre siendo luz de farola, nocturna entre claros oscuros, tonalidades más cercanas a tu voz diciendo adiós.
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